21 de mayo de 2011

Un enigmático secreto del pasado.

Esta obra de arte no fue realizada para reírse de ella y luego dejarla de
lado. Muchas personas creen en las predicciones del zodíaco, por lo tanto,
asumamos que está basada en la realidad. Aceptemos también que los autores
del zodíaco querían compartir parte de su sabiduría, por ejemplo, el día del fin
de la Atlántida y el día del próximo cataclismo. ¡Eso debe ser! ¡No puede tratarse de ninguna otra cosa! ¡El zodíaco predijo la fecha exacta del próximo fin de la Tierra!, y fue mi intuición la que me condujo a esta conclusión. Más adelante, claramente, lo intuido resultó ser cierto. Sentí que con gusto estaba dispuesto a dar parte de mi vida para resolver estos acertijos, aunque por supuesto no podía hacerlo solo. Necesitaba con urgencia la ayuda de un egiptólogo, pues esta era la única manera de revelar los antiguos misterios. 

Pero ¿a quién convocar? Hice algunos contactos, pero ellos no estuvieron interesados. Entonces, la suerte dio un giro a mi favor. Una periodista del diario belga Het Belang Van Limburg vio un artículo sobre mí en el mayor periódico holandés, The Telegraph. En este artículo, yo explicaba que vivía a base de una "dieta de hambre", consistente en frutas y verduras, con el propósito de
alcanzar la mayor longevidad. Hasta ese momento, era el único en Bélgica y los Países Bajos que lo estaba intentando; en EE.UU. había fácilmente unos cien voluntarios, pero aquí el interés era escaso. La periodista decidió que quería conocerme y escribir un artículo, incluso, lo redactó ese mismo día porque al siguiente se iba de viaje. El artículo debía aparecer dos o tres días más tarde y,
por cierto, yo compré el diario para el que ella trabajaba, todos los días subsiguientes.
Hasta que se desató el mayor escándalo sobre pedofilia en la historia
de Bélgica. La noticia cubría todos los periódicos y mi artículo quedó de lado durante un tiempo. No obstante, el sábado 17 de agosto de 1996, compré el periódico. Coincidentemente, leí un artículo sobre astronomía en el cual se hablaba del astrónomo Gino Ratinckx, quien estaba interesado específicamente en la arqueoastronomía. Para ser más preciso, estaba buscando una similitud entre ciertas constelaciones estelares y la ubicación de antiguos templos, como las pirámides de Giza, por ejemplo, que están emplazadas de acuerdo con la constelación de Orión. Él tenía sumo intenso interés en esto.

El artículo mencionaba su domicilio y número de teléfono; vivía en las afueras de Amberes, muy cerca de mi casa. Recorté el artículo y lo guardé, pues antes de establecer el contactarlo, quería leer el libro Keeper of Génesis [El guardián del Génesis],
en el cual Bauval y Hancock demuestran de manera brillante, dónde los atlantes enterraron su secretos conocimientos. Luego de leerlo, llamé a Gino Ratinckx. Esta llamada iba a cambiar mi vida para siempre.
"Sr. Ratinckx, le habla Patrick Geryl. Leí un artículo sobre usted y me gustaría conocerlo personalmente". "¿De qué desea hablar?"
"En el libro The Mayan Prophecies se describe cómo el autor descifró el código de los mayas. Tengo un libro con el zodíaco de Dendera y estoy convencido de que, similarmente, también contiene códigos. ¿Podría ayudarme a descifrarlos?" "¡Oh, eso no va ser ningún problema! Hice un estudio sobre el templo de Dendera para mi examen de arqueología".
Al oír esto, mi corazón se llenó de gozo y le pregunté: "¿Es posible que nos encontremos para discutirlo?"
"El próximo miércoles a la noche me viene bien".
Era lunes a la noche y, en dos días más, probablemente iba a hallar un avance real en mi investigación. Entonces le pregunté: "¿A las ocho está bien?" "Venga a mi casa, ¡ah! y llámeme Gino".